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La Tragedia

by (gr)

Los origines del teatro antiguo

Las raíces  del teatro son en  los ritos y en los festivales celebrados para Dioniso, donde se llevaban a cabo las escenificaciones de la vida de los dioses acompañadas de danzas y cantos (Ditirambos). Más tarde comenzaron las primeras representaciones ya propiamente dramáticas, ejecutadas en las plazas de los pueblos por compañías que incluían solo un actor y un coro.

 A fines del Siglo VI a.C alcanzó extraordinaria celebridad el legendario poeta e intérprete Tespis, en cuyo honor la frase el carro de Tespis alude, aún hoy, al conjunto del mundo del teatro. Tespis es considerado uno de los padres griegos del teatro. Se dice que fue el ganador del primer concurso de tragedias durante las Dionisiacas de Atenas celebradas entre el 536 a. C. y el 533 a. C. Se le atribuyen cuatro piezas teatrales de tema mitológico. Si bien no se conserva obra suya, ni siquiera de forma fragmentaria, Tespis es considerado por la tradición como el iniciador o inventor de la tragedia como forma teatral. En su Poética, Aristóteles le atribuye este papel al haber sido el primero en introducir a un personaje o actor (hipocrites, ὑποκριτής), lo que abría la posibilidad del diálogo con el Corifeo, el jefe del coro. De esta manera la representación coral perdía parte de su carácter recitativo para iniciar nuevos caminos por la vía del diálogo y del enfrentamiento entre las partes. Otros autores le suponen introductor de la máscara como elemento caracterizador del personaje: desde la aplicación de un simple maquillaje a base de albayalde, hasta la fabricación de máscaras de lino.

 

La edad clasica

Las representaciones del teatro griego se hacían al aire libre, contaba con coro (dirigido por el Corifeo o maestro del coro) que cantaba y danzaba en torno a un altar. En el teatro griego se representaban dos tipos de obras: la tragedia, obra dramática de final desgraciado que trataba de temas de leyendas heroicas y utilizaba, oportunamente, a los dioses para su final, y la comedia satírica, que criticaba humorísticamente a políticos y a las obras e incurrían en una mímica iniciada por un coro de sátiros, y comedias que tenían por tema asuntos de la vida cotidiana; todas estaban escritas en verso y utilizaban máscaras.

Para ello se erigieron grandes teatros de piedra, entre los que cabe citar el aún conservado de Epidauro en el siglo V a. C., capaz de albergar unas 12.000 personas, y el de Dioniso, en Atenas, en el siglo IV A.C.

Su construcción se realizaba mediante el aprovechamiento de las faldas de una colina, donde se disponían en forma semicircular las gradas que rodeaban la orquestra, espacio circular en el que se efectuaba la mayor parte  de la representación. Tras la orquestra se levantaba una edificación llamada skené, escena, destinada a que los actores cambiaran su vestimenta. Delante de ella se levantaba una pared columnada, el proscenio, que podía sostener superficies pintadas que evocaban el lugar de la acción. Estos decorados, junto con las túnicas y máscaras empleadas por los actores y algunas máquinas rudimentarias, constituían todo el aparato escénico.

 

La tragedia

La tragedia es una forma dramática cuyos personajes protagónicos se ven enfrentados de manera misteriosa, invencible e inevitable contra el destino o los dioses. Las tragedias acaban generalmente en la muerte o en la destrucción física, moral y económica del personaje principal, quien es sacrificado así a esa fuerza que se le impone, y contra la cual se rebela con orgullo insolente o hybris. También existen las tragedias de sublimación, en las que el personaje principal es mostrado como un héroe que desafía las adversidades con la fuerza de sus virtudes, ganándose de esta manera la admiración del espectador.

La tragedia nació como tal en Grecia con las obras de Tespis y Frínico, y se consolidó con la tríada de los grandes trágicos del clasicismo griego: Esquilo, Sófocles y Eurípides. En el curso del siglo V a. C., durante la edad clásica de Grecia, se establecieron los modelos tradicionales de la tragedia, y los dramaturgos Esquilo y Sófocles añadieron respectivamente un segundo y tercer actor a la acción, lo que dio a ésta una complejidad que hacía necesaria la creación de mayores escenarios. Eurípides es conocido principalmente por haber reformado la estructura formal de la tragedia ática tradicional, mostrando personajes como mujeres fuertes y esclavos inteligentes, y por satirizar muchos héroes de la mitología griega. Sus obras parecen modernas en comparación con los de sus contemporáneos, centrándose en la vida interna y las motivaciones de sus personajes de una forma antes desconocida para el público griego. Uno de los mecanismos más discutidos es el llamado Deus ex machina, que consiste en solucionar de manera antinatural un conflicto, como en "Medea", en donde al final aparece un dragón que la salva en el último minuto.

 Las tragedias clásicas se caracterizan, según Aristóteles, por generar una catársis en el espectador.

Según Aristóteles, “la tragedia [es] imitación de una acción esforzada y completa, de cierta amplitud, en lenguaje sazonado, separada cada una de las especies en las distintas partes, actuando los personajes y no mediante relato, y que mediante temor y compasión lleva a cabo la purgación de tales afecciones

 

Los partes de la tragedia

Aristóteles en su Poética señala que las partes de la tragedia se dividen en prólogo, episodio, éxodo, y la parte del coro que se divide a la vez en párodo y estásimo. El prólogo precede al párodo del coro. Después vienen siete episodios entrelazados por cada estásimo para concluir con el éxodo, intervención del coro que no es cantado.

 

Prólogo: Según Aristóteles es lo que antecede a la entrada del coro. Las características generales son: se da la ubicación temporaria y se une el pasado del héroe con el presente; pueden participar tres actores pero sólo hablan dos y el otro está mudo o puede ser un monólogo. Se le informa al espectador el porqué del castigo que va a recibir el héroe y en esta parte no interviene el coro.

Párodos: cantos a cargo del coro durante la entrada por el párodo izquierdo presidido por un flautista. En esta parte se realiza un canto lírico, se dan danzas de avance y retroceso; se utiliza el dialecto dórico (más adecuado a los cantos corales debido a su musicalidad).

Episodios: pueden ser hasta cinco, hay diálogo entre el coro y los personajes o entre personajes; es la parte más importante por ser la dramática por excelencia y expresa el pensamiento e ideas del personaje. Dentro de los episodios se pueden encontrar los agones, los cuales son pasajes en los que el protagonista se enfrenta dialécticamente con otro personaje.

Estásimo: es la parte lírica-dramática donde el autor expresa sus ideas políticas, filosóficas, religiosas, etc.

Éxodo: es la parte final de la tragedia, hay cantos líricos y dramáticos, el héroe reconoce su error y es castigado (a veces con la muerte) por los dioses, sufriendo el pathos y muchas veces convirtiéndose en el remedio para el mal. Es aquí donde aparece la enseñanza moral. El éxodo, como los estásimos, siempre lo pronuncia el coro o el Corifeo.

 

La comedia

Las comedias se representaban bajo los auspicios del estado y eran tema de competición. Obtuvieron el reconocimiento del Estado después que las tragedias, habiendo sido puestas en escena previamente por los actores a sus propias expensas. Fueron representadas por vez primera en la festividad anual de las Dionisias Urbanas en el año486 a. C.  y en las Leneas (otra festividad dionisíaca), c. 440 a. C. Antes y después de la Guerra del Peloponeso (431-404 a. C.) se representaban cinco comedias al año en cada festividad. Durante esta guerra al parecer el númestrado era el arconte epónimo, y en las Leneas el arconte basileo. La obligación de proporcionar un coro recaía sobre los ciudadanos acaudalados. Los dramaturgos, a quienes se les pagaba una cantidad, presentaban normalmente solo una obra cada uno, y competían por el primer premio, que podía no haber sido más que una corona de yedra. De todas las obras del siglo V, las únicas que se han conservado completas son once obras de Aristófanes.

 Aristofanes estuvo muy relacionado con el mundo político y literario de su época. En este sentido, se muestra defensor de  los viejos ideales y poco amigo de las nuevas tendencias de la sofística. Por medio de la sátira y la burla sugiere ideas nuevas sobre la vida y rechaza las desigualdades. Asimismo, se muestra contrario al imperialismo ateniense y critica la política belicista de los demagogos posteriores a Pericles. El verdadero vehículo de humor para Aristófanes es la lengua, que parodia el lenguaje sublime de la tragedia, con abundantes juegos de palabras.

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